Decidimos permanecer todo un día como voluntarios, un
programa que ellos tienes para que las personas ajenas a su religión
experimenten la vida ecológica y vegetariana, además de conocer algo de su
religión. Nuestra estrategia consistió en formar parte de la comunidad de
devotos y no como observadores externos. Paramarte, el devoto encargado de ese
lugar, nos acogió como parte de sus aprendices. Conocimos a Rama, el devoto que
organiza las actividades diarias del voluntariado. Así nos dimos cuenta que en
el lugar habían muchos extranjeros que eran voluntarios y devotos.
Muy bien, la idea estuvo excelente, pues les permitió integrarse al menos un día a la comunidad
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